Cómo hacer mantecados de almendra
Hoy os traigo unos mantecados de almendra, típicos de La Rioja y hechos con la receta de la tía Reme. Es un dulce muy típico y que es la mejor galleta del mundo.
Esta receta de mantecados de almendra tiene siglos de antigüedad, es de una vecina del pueblo donde vivo y creo que ya la habremos probado todos los que vivimos aquí. Hoy la comparto con vosotros para que hagáis felices a vuestras familias y os suméis a la larga lista de personas que hemos quedado maravillad@s con estas pastas tan ricas. No me aguanto más las ganas de explicaros cómo se hacen.
Antiguamente, cuando había una boda, comunión o bautizo, se hacían grandes remesas de mantecados de almendra, rosquillas y fardelejos para preparar cajitas y regalarlas a los invitados. En Aldeanueva de Ebro, el pueblo donde vivo, ya se ha perdido esta tradición, pero hasta hace 20 o 25 años se seguía haciendo.
Aún así, las pastas que he comentado antes se siguen haciendo bastante, porque están tan ricas que es inevitable que se transmitan de generación en generación. Yo intento contribuir a esa labor grabando y escribiendo las recetas en internet y la TV para darlas a conocer y que perduren aún más en el tiempo.
Para que no tengáis problemas a la hora de elegir qué pastas poner en un cumpleaños o en Navidad mismo si los mantecados de almendra no os atraen lo suficiente, voy a dejaros el enlace a otras galletas caseras y pastas caseras.
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Mantecados de pueblo, receta de la tía Reme
Ingredientes
- 250 g de almendra tostada y molida
- 250 g de manteca de cerdo
- 250 g de aceite
- 250 g de azúcar glas
- 800 g de harina
- 2 huevos uno para la masa y otro para decoarar
- Almendras para decorar
- Azúcar para decorar
Elaboración paso a paso
- Comenzamos a preparar la masaComenzaremos la preparación de los mantecados caseros, rompiendo un huevo en un bol de buen tamaño. Luego lo batimos y cuando lo esté, añadimos el azúcar glas y lo mezclamos hasta conseguir una mezcla uniforme.
- Seguimos añadiendo ingredientesContinuamos el batido para integrar el azúcar y cuando lo haya hecho, vertemos el aceite y continuamos mezclando. Cuando tengamos ya una mezcla homogénea, es el momento de poner la manteca de cerdo, la almendra molida y dejar el batidor para ponernos a amasar con las manos.
- Añadimos harina a la masaCuando tengamos estos dos ingredientes bien mezclados con el resto, tenemos que añadir la harina tamizada. Para esto nos ayudaremos de un colador.
- Terminamos y dejamos reposar la masaTerminado el tamizado tenemos que volver a amasar con las manos. Si veis que la masa todavía está muy blanda es porque aún admite más harina. Cuando esté en el punto que queda dura y granulosa, y no se pegue en las manos, tenemos que dejar que repose durante unos 30 minutos.
- Cortamos con un molde nuestros mantecadosPasado ese tiempo, preparamos una superficie de trabajo donde podamos estirar la masa para cortar los mantecados. Tiene que tener más o menos un dedo de grosor para que tengan consistencia. Estiramos la masa, cogemos unos cortapastas y cortamos la masa. Luego agitamos ligeramente para quitar lo que quede alrededor y ponemos el mantecado en la bandeja del horno en la que habremos puesto un papel de horno.
- Terminamos la decoración de los mantecadosLlenamos la bandeja y pintamos los mantecados con huevo batido ayudándonos de una brocha y ponemos una almendra ligeramente clavada en cada uno de ellos.
- Horneamos los mantecadosEl horno lo tenemos que tener caliente a 180ºC con el fuego arriba y abajo. Cuando haya alcanzado esa temperatura metemos la bandeja en su interior y tenemos los mantecados caseros horneando durante unos 15 minutos. Recordad que no tenéis que dejar que salgan duros del horno porque luego la manteca los endurecerá más todavía.
- Procuramos no comerlos aun calientes...Pasados los 15 minutos sacamos la bandeja del horno y dejamos que se enfríen para comerlos. Ya veréis qué delicia que podréis disfrutar en multitud de ocasiones. Yo me despido por hoy, os dejo con estos mantecados caseros y mañana vuelvo con una nueva receta que espero no os perdáis. ¡Buen provecho!
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